lunes, 22 de septiembre de 2008

BALANCE

Tras casi un año en este país y ya casi con un pie en España, ha llegado la hora de hacer balance. Once meses dan para mucho: alegrías, agonías, viajes, enfados, tristezas, amigos, compañeros, apuestas, comidas, cenas, pakis, banglas, filipinos, palestinos, fiestas, ansiedad, barbacoas, accidentes, compra-venta de vehículos, robos, ira, momentos irrepetibles, camellos, ribera del golfo, arena, vuelos, odiseas, aprendizaje, estrés, mujeres ninja, saudíes locos, crecimiento, ilusión y desilusión, locas carreras por el país, croquetas, marmolillos, comerciantes justos, estrellas del porno, mejicanos-esponja, paisas del bronx, privilegios y sobre todo para descubrir que todavía eres capaz de sorprenderte para bien y para mal.
Básicamente el resultado es "mejor de lo que pensaba", "podría haber sido peor", en defenitiva "satisfactorio" tanto a nivel personal como a nivel profesional.
Si tuviese que elegir algo para lo cual Arabia Saudí ha sido de gran ayuda casi con toda seguridad diría que se trata de la paciencia, algo que nunca me ha sobrado y que mi madre siempre se encarga de recordarme. Sin embargo también he aprendido que inevitablemente siempre, al final de cada titánico ejercicio de paciencia, hay una explosión de ira seguida de la más absoluta de las sensaciones de impotencia. Pero cuando esta sensación llega, le acompaña habitualmente el descubrimiento de nuevos amigos y apoyos. Y de esos, no me han faltado este año. Muchas veces me he dicho a mi mismo y al que estuviese dispuesto a escuchar que de no ser por la gente que he encontrado en este recóndito desierto dejado de la mando de Dios, quizá alguna de las visitas a España hubiese sido sin billete de vuelta a Riad.
En este país (y sospecho que en cualquier otro) no eres nadie si no te rodeas de la gente adecuada. Yo, he tenido la suerte de verme rodeado de varias personas con ese perfil. Y a ellas les estoy profundamente agradecido, más allá del egoísmo de la supervivencia. Agradecido por las miles de horas que he pasado en este país partiéndome el pecho de la risa, correteando por compounds, de rally por King Fahd, apurando las copas en festejos asurdos de embajadas, casas particulares y países vecinos, odiando al camarero filipino del restaurante de turno, libaneteando en la piscina de solteros, siendo vigilado en la de familias, asistiendo al continuo enloquecimiento de Destructor, a la hibernación de Joe, y el proceso degenerativo de las sinapsis neuronales de Fairtrade.
También estoy agradecido a las pizzas y los shawarmas que me han mantenido vivo durante un año completo.
Pero sobre todo estaré agradecido si he podido ayudar a cualquiera de las personas que me han hecho feliz aquí, a ser felices también.
Gracias Arabia, por lo bueno y por lo malo. Próxima estación: ¡¡¡la patria!!!

lunes, 8 de septiembre de 2008

Javier Marías: un hombre con mucha razón

Aquellos que me conocéis sabéis de mi militancia antifeminista. Entiendo feminismo como lo opuesto al machismo a pesar de las desafortunadas definiciones que a cada una de estas palabras atribuye el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

Feminismo:

Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.

Machismo:

Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.


Al contrario de la RAE, yo entiendo el feminismo como una corriente que busca perpetuar la desigualdad con la única excepción de invertir los polos de dicha desigualdad. Y lo que realmente escuece es que no lo hacen a través de la acción sino de la más virulenta reacción que es repetir los errores cometidos por la otra parte.

Javier Marías lo expone de forma brillante en su artículo de opinión "¿Por qué hay tantas mujeres furiosas?"

Por ello no alargaré más esta entrada ya que suscribo palabra por palabra lo enunciado por el columnista de El País, a cuyo artículo me remito. Como me dijo uno de mis profesores en la Universidad Pontificia de Salamaca "si alguien lo ha dicho mejor que tú, no dudes en citarlo".

sábado, 26 de julio de 2008

PIANO: DOS JOYAS




Si tuviese que elegir, con una pistola en la sien, un sólo instrumento musical probablemente moriría decorando la pared o el suelo con los sesos. Me resistiría a traicionar al llanto del violín, al quejido del cello, a la plenitud del piano o el embrujo de una guitarra española. Por no hablar de la complejidad del triángulo o el olor a calimocho y mallas de la bandurria que no por menos nobles y clásicos han de ser olvidados. Pero hoy, sin pistola ni sesos de por medio, grito ¡PIANO!

Garcinuño, personaje de "Amanece que no es poco" de José Luis Cuerda, le pedía a un lugareño que le trajese un libro en lo que terminaba de brotar del suelo (el pobre se había agostado). "Góngora", le decía, "trae algo de Góngora, que hoy tengo cuerpo de Góngora".

Pues yo hoy tengo cuerpo de piano. Y las maravillas de internet han hecho que recordara una de las mejores piezas clásicas jamás compuestas para piano y acto seguido escuchase por primera vez una pieza de un compositor contemporáneo. A su manera, ambas obras de arte.

En primer lugar y por la jerarquía que otorga el tiempo: Nocturno en Do sostenido menor de Chopin. Intentad escucharla sin que los recuerdos de "El pianista" os hagan perder una nota. Sobrecogedor.



En segundo lugar "Divenire" de Ludovico Einaudi. Sencillez como confirmación de que muchas veces, menos es más. Tiene tintes de banda sonora y desconozco si ha sido utilizada en alguna producción. Dos partes tremendas, una el crescendo a partir del 1:40 y otro a partir del 4:55 donde la melodía del piano y los arreglos de cuerda (digámoslo en román paladino) nos ponen los huevos de corbata.



Espero lo que disfrutéis tanto como yo.

martes, 1 de julio de 2008

VIAJAR A ARABIA SAUDI

Ahora que ya he probado los tres tipos de viaje que se pueden hacer entre España y Arabia Saudí me gustaría compartir con vosotros sus peculiaridades.


Básicamente los viajes se clasifican en: normal, ultrabajuna y odisea. Todos ellos vía otros aeropuertos ya que hoy en día gracias a los contenciosos entre Iberia (que tiene la concesión para hacer el vuelo Riad-Madrid pero cesó en ejercerla) y el Gobierno Saudí, no es posible hacer vuelos directos a Madrid, sólo a Málaga para que vayan a gastar sus petrodólares en los restaurantes y bares de Julián Muñoz y su tropa.
El viaje normal se hace con una compañía tipo Swiss Air, Air France o Lufthansa. Buenos aviones, tripulación preparada, amable y mayormente europea, limpieza, copitas, películas, música, paz, orden, escrupuloso cumplimiento de los procedimientos de seguridad y puntualidad en la mayoría de las ocasiones. Da gusto hacer viajes así, la verdad. El único problema es que el precio suele ser elevado y los "probes" becarios no gozamos de la salud económica necesaria para andar derrochando, sobre todo teniendo a nuestra disposición los vuelos de ultrabajuna u odisea. Como ya hemos dicho suelen ser vía Zurich, Frankfurt o París.



El viaje de ultrabajuna se suele hacer con Saudi Airlines. Esta aerolínea es un cachondeo. Viajes de ida sin vuelta, baños-ciénaga, oraciones al despegar, ley seca, películas de Bolywood y la siempre reconfortante compañía de pakis de pies sudorosos en el asiento de al lado. El colmo de estos viajes es cuando el susodicho paki se enciente un piti para aliviar sus ansias y te mira con cara burlona mientras tú empiezas a arrancarte mechones de pelo pensando que vas a morir. Lo bueno es que si consigues que las fechas de tu viaje coincidan con una oferta puedes llegar a pagar sólo 300 y pico €. Habitualmente el viaje de ida va casi vacío y puedes disfrutar de algo de tranqulidad aún pudiendo observar fenómenos extraños como el paki robamantas. Sin embargo el vuelo de vuelta está plagado de pakis e indios que van a su país cargados con cajas del tamaño de pianos minuciosamente encordadas que intentan bajar del avión cada vez que hay una escala pensado que aquello es Islamabad o Karachi. Para evitarlo siempre están las diligentes azafatas filipinas que aúllan "This is not Pakistan, this is Jeddah. Sit Down. I Repeat: This is not Pakistan". Si a ello le sumamos conversaciones telefónicas en vuelo, estampidas maleta en mano tan pronto el avión toca la pista de aterrizaje y señoras sobredimensionadas con su propia órbita a las que el cinturón no les abarca que toquetean la puerta de emergencia a 11.000 metros de altitud pues creo que os hacéis una idea muy aproximada.



El viaje odisea es aquel que nos lleva a España haciendo una ruta turística por África. Royal Air Maroc es una de las compañías que lo ofrecen, casi siempre volando con código compartido con Iberia. El trayecto suele ser Riad-Cairo-Casablanca-Madrid, con cambio de avión en Casablanca. Eso, queridos amigos, son 3 despegues y 3 aterrizajes. En estos viajes el pasaje es de una heterogeneidad indescriptible. Al bajarse y subirse pasajeros en cada parada, es muy probable que haya overbooking y alguna persona intente sentarse encima de ti en la parada de Cairo argumentando que en su billete pone que ese es su sitio y no piensan renunciar a él. Mayormente se trata de pijazos marroquíes francófonos vestidos como un escaparate de Dolce y Gabana que se consideran mejores que sus compatriotas de habla árabe. Tampoco es extraño que se olviden de darte la comida a pesar de que se la han dado a todo el pasaje, como me ha pasado a mí. Con semejante cachondeo a bordo lo normal es que llegues tarde a Casablanca y no puedas coger la conexión para ir a Madrid y te toque pasar unas cuantas horas en el aeropuerto, en el cual se niegan a aceptar tarjetas de crédito o moneda extranjera (euros sí) por lo que corres riesgo de inanición. El viaje puede oscilar entre las 14 y las 18 horas así que armaos de paciencia y baterías para vuestros artilugios electrónicos.


Ahora que ya sabéis cómo viajar a Arabia Saudí, espero que decidáis no hacerlo nunca a no ser que sea para venir y adorar a los expatriados que poco a poco han ido perdiendo el juicio en este paraíso islámico. Y si lo hacéis, estáis avisados.

lunes, 23 de junio de 2008

Datos que me asustan



Buceando he encontrado algunas estadísticas ofrecidas por Ian McEwan en un artículo publicado en The Guardian.

De todos es sabida mi aversión por la ideología estadounidense. Creo que todos tenemos nuestra caraja pero esto es demasiado:

El 90% de los americanos dice no haber dudado nunca de la existencia de Dios, y que serán reclamados para responder por sus pecados.

El 53% son creacionistas y sostienen que el cosmos fue creado no hace más de 6.000 años.

Un 44% cree que Jesús regresará a la Tierra para juzgar a los vivos y a los muertos en los próximos 50 años.

Sólo el 12% defiende que la vida ha sido creada por selección natural sin intervención de ninguna mano sobrenatural


Se ve que el carbono 14 no les convence. Sólo pensar que a los pobres niños les enseñan el creacionismo en el colegio en lugar del evolucionismo me da ganas de comprar un lanzallamas.

Por cierto, otra cosa que me pone malo es que se llamen a sí mismos americanos, o digan cuando preguntas de dónde son que son de América. Subconscientemente se creen los dueños del continente... Son ES-TA-DOU-NI-DEN-SES.

A ver si es verdad que pronto viene Jesusito a por ellos y nos dejan un poquito en paz.

Sin Razones

Tras las entradas de Muttawakil y Destructor me siento obligado a explicar al mundo mi relación pasivo-agresiva, casi bipolar con Riad y las razones por las cuáles la odio con todo mi amor y toda la fuerza de mis nalgas.

Me gusta Riad por las siguientes razones:

1) Es como un circo lleno de gente tarada
2) Cada día depara una sorpresa más bizarra que la del día anterior
3) Emborracharse no es una opción, es una obligación; nunca sabes cuándo volveras a probar una gota de alcohol.
4) Conducir en Riad es un deporte de riesgo y hace que aprecies mucho más tu vida y la de la gente que te rodea.
5) Porque la Iqama verde te hace sentir como los conquistadores cuando llegaron al Nuevo Mundo.
6) Por el Makani y sus masalas (y sus digestiones).
7) Por los Shawarmas y las pizzas que podrían alimentar a media Eritrea.
8) El café que me tomo en la ofi vale 36 céntimos y además me lo suben.
9) Los coches se limpian con una esponja y un cubo, no hay elefantes azules.
10) Por la gasolina más barata que el agua.
11) Todo el mundo tiene el horcate caliente.
12) Las historias que oyes convierten cada velada en la noche de los cuentos desde la cripta.
13) Porque me enchufo 5 partidos de liga gratis cada semana gracias a Al Yasira Sports.
14) Queda al ladito de Bahrein.
15) La pastoja que se hace
16) Hay un abrebotellas gigante y trabajo dentro de un pilot de dimensiones bíblicas.
17) Me encantan las apuestas estúpidas a la Play cuando uno llega crujido de la embajada de Estados Unidos.
18) Y porque a esta gente le gusta trabajar tanto como a mí.

Odio porfundamente Riad porque:

1) Te puedes quedar encerrado durante 45 minutos en un Carrefour mientras todos se van a rezar.
2) Desprecian la vida de la gente que les rodea.
3) Es fea.
4) Es sucia.
5) Es grande.
6) Hay exceso de libanetas sobredimensionados y vigoréxicos con hipogonadismo.
7) Si pides que te arreglen un enchufe te cambian la bombilla.
8) No puede uno salir traquilamente a cenar con unas muchachas sin que la gente murmure y musite "haram, haram".
9) Porque las mujeres son exclusivamente máquinas de reproducción y parecen un ejército de cucarachas ninjas esperando el día D.
10) No soporto las tormentas de arena.
11) Me gusta la lluvia más que comer con las manos, y la niebla, y el hielo en el jerol de las mañanas vallisoletanas.
12) Porque no estáis conmigo (Ohhhhhhhhhhh)

Ale, a seguir dando caña por el mundo
En definitva lo que viene siento un perpétuo estado de amor-odio que nunca permite estar agusto al 100% ni jodido al 100%.

Y para que sepáis lo que es bueno os pongo una canción moruna de esas de habibis que nos acosa en cada fiesta

martes, 10 de junio de 2008

Explosions In The Sky


Gracias a una de esas coincidencias de la vida, conocí a Yazid. Gracias a otra de esas coincidencias, viajamos a Bahrein. Una más y nos vimos en su coche viajando por el paseo marítimo mientras amanecía. La última de las casualidades hizo que sonara una canción de "Explosions In The Sky" grupo musical que hasta entonces desconocía. Gracias Yazid

Mientras consigo reunir las palabras que describan su música, os dejo unas piezas para que las disfrutéis.

Dos avisos:

- Es música para escuchar, no para oír, así que cascos en ristre y soledad absoluta.
- Son cortes instrumentales de larga duración: abstenerse impacientes